NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

lunes, 29 de junio de 2009

lo comido es lo seguro

Gástate todo el pisto que haya en tu bolsa, gástatelo porque aquí te lo roban a mano armada o con multas. Cómete tus monedas, lo demás son pajas, gástate todo el pisto que haya en tu boca, lanza los billetes a una canasta básica, cómetelos, cómetelos, que viene el coco o sea un publicista, cómete todo lo que no sea parte de tu cuerpo, cómete al universo, antes de que te conviertas en un impuesto.

Mariano Cantoral

viernes, 26 de junio de 2009

no pude aguantarme las ganas de escribir algo inspirado en las múltiples coyunturas extrañas

1) Desconsolador que los representantes de nuestra educación superior busquen los recovecos legales de la malignidad, mediante un amparo insensato, que pretende auto-acondicionar la ley de comisiones de postulación, para elegir a los nuevos magistrados.

2) Entristecedor que la SAT siga cerrando negocios de poca monta, castigando la insignificancia, y a grandes niveles, todo es invisible.

3) Las lluvias torrenciales, están arrasando con nuestra infraestructura, la coyuntura está arrasando con nuestra humanidad.

4) A continuación les dejo una receta para preparar un “CEBICHE DE IMPUNIDAD”:

Ingredientes:

Un territorio soberano por decreto, al menos 10 millones de personas conformistas llenas de miedos dictatoriales, un mártir mediático, una democracia envilecida, varias leyes alicaídas al gusto, una justicia sazonada con prerrogativas, sopa de muertos como preservante sistémico, la suficiente sal para soportar la amargura.

Preparación:

Introduzca los ingredientes dentro de una cacerola frente a una institución otrora pública, revuélvalos con una paleta de pino importada por algún tratado de libre comercio, y obtendrá una masa pastosa que deberá devorar con un hambre endemoniada o bien con una hambruna marginal, para seguir sobreviviendo y no morir de inanición espiritual.

5) Para intentar borrar su RICTUS (Gesto de la cara con que se manifiesta un sentimiento de tristeza o amargura) COTIDIANO, comparto un nickname lúdico super Geek, que le hurté a un amigo de su Messenger, para compartirlo acá, ignoro si sea original de él, o igualmente hurtado de quién sabe dónde:

“Hardware, es aquello a lo que pueden dar patadas. Software, es aquello a lo que sólo puedes maldecir”.

jueves, 25 de junio de 2009

Perdí el ritmo de leer periodismo



Perdí el ritmo de leer periodismo todos los días, esa práctica me provocaba la sensación de estar releyendo un mismo poema parafraseado; la crisis generalizada, la bolsa de valores, las políticas de rescate económico, los matados, los estallados, los procesos democráticos maltrechos ¡ya no más! ¿Dónde quedó el arte vivificante? ¿Dónde la parte bonita del universo?

La semana pasada, traté de empezar a leer un diario matutino en la biblioteca de la USAC, y algún fenómeno físico me lo impidió, lo dejé donde estaba y casi regido por otro fenómeno físico, acaso electromagnético, me aproximé a la sección Guatemala, donde, hincado ante el anaquel, hallé varios títulos que desde hace algún tiempo deseaba leer.

-“BREVES CONVERSACIONES CON LA PSICOSIS” DE JUAN PABLO DARDÓN (HERMOSOS POEMAS MUY AL ESTILO DE JP).
-“LECTURAS MENORES” DE JAVIER PAYERAS (EL AÑO PASADO LO LEÍ A -MEDIAS).
-“VERSOS DORADOS” DE ISABEL DE LOS ANGENES RUANO (POESÍA PRE ENAJENACIÓN, VAPORIZAN UN PRIMOR DE PALABRA).
-“EL PERRO EN LLAMAS” DE BYRON QUIÑONEZ (UNA NOVELA POLICIACA DISTINTA, APASIONANTE DE PRINCIPIO A FIN).

En fin, fue un buen día, siento que cuando leo, muchas teorías científicas cobran vida, me reconforto, altero el metabolismo, surgen reacciones químicas-poéticas dentro de mí, evoluciono, libero el pulgar de mi cerebro, me dan ganas de abandonarlo todo, mudarme a una biblioteca imperecedera, instalar una casa de campaña flanqueada por estanterías de palabras.

ILUSTRACIÓN: "De los viajes fantásticos", oleo de Elmar Rojas (Guatemala).

martes, 16 de junio de 2009

DIÁLOGO SIN RECEPTOR (relatillo)

Para: Juan Pablo Dardón

-Si tengo mala ortografía es porque no soy secretaria, sino poeta- le dije, y además, en este país, si existiera la perfección, sería una perfidia pedirla.

Continué, -aquí la mejor opción contra el desvelo y la agonía, es ir al cine a ver un drama tan violento como el nuestro, pero más emocionante y con más presupuesto, o comprar una camisa que roce el valor del salario mínimo.

Que ya no te engañen más los diarios, María, la pandemia más peligrosa que nos embiste se llama gripe urbana “ARMA HUMANA NUCLEAR” (ah1n1), y las cepas mutantes somos cada uno de nosotros- luego salí corriendo de la habitación, cigarro en trompa.

martes, 9 de junio de 2009

vago digital (poema)


Fotos fingiendo sonrisas
en las redes sociales
donde escaneamos la soledad.

Gano premios ociosos digitalizados
falsos,
además,
noches y más noches
frente a la luz omnipotente
de la pantalla de radiaciones
cancerígenas.

Las letras del software
son números binarios
como mis gónadas repletas
que van del cero hacia el infinito.

Parecemos espectros tecnológicos
googlendo nuestro analfabetismo
desastroso
que no sacó ni sexto primaria
y sin embargo ya tiene un blog
rellenado con un miedo empalabrado.

Cada mañana me asesina
un correo electrónico
y me asalta otro vago digital
enredado en un website
urgido de dominio,

hackeando sueños.

sábado, 6 de junio de 2009

Análisis sociológico del "Chavo del 8"

Artículo publicado en el Suplemento Cultural del diario "LA HORA" del 6 de junio del 2009. Click AQUÍ para ir a la edición.


Más allá de sus personajes chuscos, "El Chavo del 8" contiene un trasfondo cultural-etnográfico-sociológico interesante, personajes bien caracterizados, bien pensados.

Durante largas horas de ocio mental retrospectivo, conjeturé que la célebre, graciosa y cándida serie televisiva mejicana, "El Chavo del 8", creación de Roberto Gómez Bolaños (1929), es un buen espejo para distinguir en el reflejo fílmico de la televisión, la configuración social y sus implicaciones.

Dentro de la tan ingeniosa, y blancamente chistosa trama de "El Chavo del 8", se traslucen interesantes variables culturales, incluso ideológicas, y acaso pueden servir como un compendio visual acerca de trascendentes temas sociológicos que se han asimilado a través de la historia, elementos psicológicos, culturales, antropológicos, económicos, etcétera.

Me voy a atrever a examinar desde dicha perspectiva a algunos de sus personajes:

Empecemos por don Ramón, un desempleado que siempre anda en busca de un trabajo rogándole a Dios no encontrarlo, moroso, faldero, ambicioso, listo, oportunista, ostenta en su haber un pasado insospechado, además de ser padre soltero; esto no suena a un perfil humano muy atípico... de hecho es factible hallarlo en muchas partes del mundo, incluso en la vecindad de su casa.

La única hija del don Ramón es la Chilindrina; ella simboliza la astucia, la habilidad para manipular al prójimo, con picardías, mentiras y chantajes.

Luego, el señor Barriga representa a la clase social adinerada, un señor gordo (acaso porque tiene mucho dinero para darse lujos de gourmets) que vive de sus rentas y negocios, quien con su moral la mayor parte del tiempo en bajeza, presume su estatus ante los inquilinos, a quienes no les encuentra otro beneficio más que las cuotas mensuales que le amortizan, aunque conserva cierta bondad, pues, a pesar de que don Ramón no cancela las mensualidades y lo escabulle para tal efecto, no lo desaloja ¿quien sabe por qué?; seguramente hay algún mensaje cifrado tras esa situación ¿dignidad mercantilista?, o ¿pauperismo escurridizo?

Siempre que el señor Barriga llega a la vecindad, el Chavo, lo recibe con algún porrazo insospechado. ¿Otro mensaje cifrado?, ¿golpeemos al poderoso?, ¿ridiculicémoslo?

Doña Florinda, una señora soltera que representa a la petulancia, la falsa conciencia que alguna vez explicó Hegel (pensamiento de los individuos que no es consecuente con sus condiciones materiales de existencia), pues a pesar de vivir en la humilde vecindad, ningunea a sus vecinos, se jacta de poseer una condición económica irreal, mima exacerbadamente a su hijo Kiko para vigorizar sus pretensiones imaginarias, tendientes a sentirse en un estatus jerárquicamente superior.

Dentro de los diversos argumentos, resalto uno que se desliga de ciertos paradigmas conservadores de la época en la cual se filmó la serie; se trata de la mencionada doña Florinda, quien sostiene una relación sentimental con un hombre que no es su conviviente, el profesor Jirafales, quien encarna a la erudición, a los estratos sociales de la pedagogía, pero más que eso a la clase instruida, a la ilustrada medievalesca, a la del puro en la boca como signo de elegancia, digámoslo así.

Doña Florinda abofetea a don Ramón por algo inmerecido ¿Mensaje cifrado? ¿Inmerecidos sufrimientos de la miseria?

Ahora, el protagonista, el Chavo del 8, un niño huérfano, nómada y harapiento, quien vive en un barril, situación acaso inverosímil, pero que constituye "per se", una representación del pauperismo, la mendicidad de la clase social inferior. Situación no lejana a nuestra realidad.

Jaimito, el cartero, es un personaje circunstancial, personifica a la desidia, con lo de "evitar la fatiga", pero que reiterativamente nos brinda una descripción poética de su lugar de procedencia Tangamandapio (¿un lugar quimérico, posiblemente utópico?) al definirlo como una tierra de "crepúsculos arrebolados".

Las apariciones azarosas de la Popis (sobrina de doña Florinda), quien para efectos sociológicos-simbólicos juega un papel similar al de Kiko, pero en versión femenina, es la voz que propone acusar, imputar, querellar: "acúsalo con tu mamá..." (¿"El Chavo del 8" como fuente del derecho procesal acusatorio?)

Ñoño, el hijo del señor Barriga, representa a los hidalgos, los hijos de los potentados, la obesidad como símbolo de poder-riqueza, tal vez.

Más allá de sus personajes chuscos, "El Chavo del 8" contiene un trasfondo cultural-etnográfico-sociológico interesante, personajes bien caracterizados, bien pensados; se sabe que Roberto Gómez Bolaños se instruyó mucho, no por nada se ganó el apelativo de Shakespearito (mini Shakespeare), y después la mutación fonética de su mote hasta ser Chespirito.

Quizá recuerden, las versiones de "Fausto", "Romeo y Julieta", "Los tres mosqueteros", y otros clásicos literarios en la serie del "Chapulín Colorado", o qué tal otros personajes de Chespirito, como los rateros redimidos del Botija y el Chómpiras (queda pendiente un análisis de ellos).

Inmenso contenido ideológico, sociológico y axiológico es viable descubrir si indagamos en el comportamiento, y modo de vida de los personajes de Chespirito, en el caso que nos ocupó hoy, los de esta entretenida y querida serie popular por varias generaciones.

Me surgen unas interrogaciones finales que a lo mejor fueron primarias:

¿Qué habrá pasado por la mente de Roberto Gómez Bolaños para proyectar y diseñar sus personajes (y sus personalidades)?, ¿Será que meditó bastante para delimitar y caracterizar a sus héroes? ¿Pretendería legarnos un registro histórico- ideológico oculto dentro de los acaecimientos graciosos de sus personales? o ¿Será que sólo se trata de una paranoia mía?

Ignoro si el fenómeno Chespirito ha sido analizado otrora desde esta óptica, pero únicamente me resta agregar que considero a este señor un genio, una leyenda viva de la industria televisiva y del humor blanco, se merece dignos reconocimientos ahora que aún vive.

Artículo publicado en el Suplemento Cultural del diario "LA HORA" del 6 de junio del 2009. Click AQUÍ para ir a la edición.

martes, 2 de junio de 2009

ALMA GYM

"El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma". Victor Hugo (1802-1885) Novelista francés.


Coincidentemente, él se inscribió el mismo día que ella al gimnasio espiritual “ALMA GYM”, no hace mucho se habían vuelto mejores amigos, padecían de desnutrición en el alma, desde hace un buen plazo.

Después de que la encargada les extendió el comprobante de pago, se fueron directo a los camerinos, donde se pusieron cómodos, es decir, limpiaron bien sus lentes, y sacaron del bolsón sus diccionarios.

Se juntaron en el pasillo donde convergen las salidas de los vestidores de hombres y mujeres.

El instructor se percató de que estaban preparados, y les lanzó previo de un aviso mímico, un libro gordo, de pasta roja, a cada uno.

-Bueno, tú te sientas por allá y vos por allá- les indicó mientras señalaba los buroes destinados para el efecto.

-Cualquier duda me avisan, estoy para servirles – dijo.

-Gracias- respondieron al unísono.

El libro era de filosofía, un compendio de las principales teorías filosóficas a través de la historia, extendido a lo científico, con efectos dialécticos, sólo para calentar.

Era el primer día, e hicieron dos horas.

Terminaron con el encéfalo empapado, pero se sentían endurecidos, como si una estructura se les empezara a injertar dentro de la carnosidad.

-Ya instructor, creo que es suficiente por hoy- dijo él.

-Está bien muchá, los espero mañana, ojalá no amanezcan muy adoloridos, pero si no duele, no sirve, mañana seguimos con estos ejercicios de aclimatación, dentro de quince días haremos aeróbicos con poesía elegida al azar, con eso pretendemos robustecer la parte más intangible de sus cuerpos, así nos vamos el primer mes.

Luego, pasamos a la humanidad, a la sociología, al arte visual en todas sus expresiones, con ello se trata de marcar el pecho intelectual y sacar cuadritos en la psique con incesantes series de pilates gnoseológicos, vamos a marcar el alma, se los prometo.

-Profe, y ¿puedo comer hamburguesas o es necesaria algún tipo de dieta- dijo ella.

-No no, para nada, media vez no le metás odio a tu organismo, no hay problema, la única dieta consiste en reducir los niveles de envidia y elevar el consumo de filantropía, ya los quiero ver bien toros.

-Ah, antes de que se vayan, aquí está su rutina, el tercer mes ya podemos hacer halterofilia con instrumentos musicales- dijo el instructor.

Al salir del recinto se toparon intempestivamente con un joven vestido sport que venía trotando en sentido contrario al de ellos, sudaba a granel y les pasó botando una novela grecolatina que él sostenía entre su brazo y su costado. El corredor no tuvo ni la cortesía de detenerse a recoger el libro, sólo vio la portada sobre el asfalto y huyó.