NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

miércoles, 9 de febrero de 2011

El escritor envidioso

Había una vez un escritor envidioso que al leer en una revista de vasta distribución la biografía de su otrora mejor amigo, a quien conoció en un taller literario caro y pagado que duró aproximadamente tres meses, en la sección de poesía de dicha revista exclamó: ¡Puta! ¡Es imposible!, ¿Cómo va a ser posible que a ese hijuecienmil putas lo hayan traducido a tantos idiomas? ¿Arameo? ¿Qué es esa mierda? El escritor envidioso en mención, casi entró en un cuadro cardiaco, que de haberse concretado hubiera sido, seguramente, letal. Y repitió cual si le hubieran rebobinado el cerebro! ¿Cómo va a ser posible que a ese hijuecienmil putas lo hayan traducido a tantos idiomas? Y a mí apenas si en español me quieren dar chance. Desgraciados. Ya no vuelvo a escribir ni un solo verso más. Y así fue. Actualmente el escritor envidioso trabaja en algo así como agente de seguros o corredor de no sé qué bolsas, y jamás cuenta a nadie, su condición de exescritor, se ha dicho incluso que esquiva a las metáforas.

Del libro: “Prositas breves, valga la redundancia”.