NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

martes, 5 de enero de 2010

Entrar al Facebook


Entrar al Facebook es similar a salir a dar una vuelta por la colonia una tarde post lluvia, con suéter enguatado y manos entre las bolsas, salir así, pero invisiblemente, porque nadie nos logra ver, sólo nosotros a los demás, apreciar al mundo en su estática digital y falsas sonrisas.

Nuestros Facebook friends saben de la posibilidad de nuestro paso por su espacio, pero jamás lo aciertan, elegir la opción de dejar huella o no, es nuestra, a través de un comentario en el muro, mediante un mensaje en nuestro o su status, una alteración de perfil o el resultado de un Facebook Game, que matemáticamente hace público sin reservas hace cuantos minutos estuvimos ahí y en qué nivel del juego vamos, posiblemente seguimos ahí, pero nadie lo sabe hasta que decidamos dejar un nuevo vestigio.

Estoy seguro de que sabiendo las contraseñas de Facebooks de todo el mundo, algún profesional lograría cuantificar el grado de locura de cada quien o por lo menos, razgos indudables de la personalidad y patrones de consumo.

Permanecer en el Facebook es como ir a un bar, banco o centro comercial, pero espiritualmente porque el cuerpo sigue frente a la pantalla, virtualmente solitario, y entonces volvemos a revisar mensajes viejos y perfiles vacíos, eso se convierte en una insana obsesión, husmear fotografías de desconocidos, revisar si ella ya cortó con el novio, descubrir que ocultó esa información para vos, sólo a vos te lo prohibió, aprovechando las nuevas políticas de privacidad. Aun sabiendo que pedir privacidad a estas alturas de la existencia es una flamante locura.

Pensando dos horas qué escribir en el muro o qué video compartir, la mente amanece tan vacía que elegimos clicker ME GUSTA a todo lo que vemos, a modo de una estela irracional y contranatural. O a lo mejor ingresar cual loco obseso al perfil de la chava más sexy de los contactos propios.

Sentirse ultrajado cuando te Taggea alguien en una caricatura desconcertante, esperando que le escribás qué te gusta de ella, qué canción te recuerda a ella, qué cosas no cambiarías de ella, entre otras payasadas.

Ella me Taggea tan frecuentemente porque todas las noches apunta en su diario, cuántos comentarios acumuló en el día y los clasifica por columnas en razón de diferentes motivos, los inventaría con verdaderas técnicas de contabilidad.

La única meta que ella se propone cada año nuevo es superar el índice de sociabilización electrónica del año que termina.

2 comentarios:

Miss Trudy dijo...

Cierto. A la ves, es tan público el FB que una nunca es sincera. Yo nunca demuestro cuán triste estoy y me sirve para mantenerme en contacto con amigos y familia en otros países, pero a la vez uno ya nunca escribe cartas y llama menos. Uno lee los "status" de los demás y todos estamos poniendo cosas alegres cuando en realidad estamos tristes ...

MarianoCantoral dijo...

Sí, exáctamente, además se generan otro tipo de vínculos sentimentales, raros, realmente raros!! saludos.