NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

domingo, 14 de noviembre de 2010

CUENTOS BREVES (de Cometas Breves)

Para: Alejandro Villatoro, Elías, Benavides Lázaro y Coto.



Ciudadano de la noche a la mañana


Se durmió de cinco años y amaneció convertido en todo un ciudadano. Se llenó de nostalgia al darse cuenta que tan rápido se le acabó la infancia. Dieciocho años pasaron como un suspiro. Nunca tuvo juguetes sólo muchas labores qué cumplir para contribuir al sostenimiento del hogar. De pronto tenía cédula y se llenó de derechos y obligaciones. Se convirtió en un hombre que jamás fue niño.

Un sueño callejero

Se imaginó en un país pujante en donde era viable salir a caminar por las noches sin temores. Donde democracia no era sólo hacer lagas colas cada cuatro años para emitir sufragio y catárticamente creer que todo sería mejor. De pronto se despertó por el frío de la noche, vio todos los astros en el cielo, y se estiró para agarrar otra vieja hoja de periódico para cubrirse un poco más de las inclemencias del tiempo. Una Fundación fue la que le regaló el periódico que sería su cobijo, hicieron una gran campaña por medios de comunicación dando cuenta de su hazaña, pero lo que único que querían era deducir impuestos, diciendo que lo que habían regalado eran colchas de felpa, pues pertenecían a una gran empresa que vendía venenos exquisitos.

Resistencia mentolada

Prendió un cigarro mentolado de los que tanto amaba y odiaba pues sabía que sólo servían para enriquecer un poco más a los dueños de esa transnacional tabacalera. Era absurdo decía pero los pulmones le requerían mediante un cosquilleo recurrente la dosis. Salió al pasillo a un costado de su casa, con un libro nuevo bajo el brazo, triste al recordar amores pasados que se fueron. Se arrancó el cigarro de la boca, y gritó: ¡Mercantilitas de mierda, ya me colonizaron lo pulmones! Y prometió, a modo de breve e insignificante revolución individual y resistencia personal jamás volver a fumar.

Amanecer

Amaneció sobre el sofá de una casa ajena por tercera vez en su vida. La aboca seca por la borrachera de la noche anterior. La fiesta fue algo memorable. La luz que se colaba por la ventana le provocó un leve dolor de cabeza bastante soportable. Sin un centavo en la bolsa, el celular fallecido, sin saldo ni carga, es decir sin espíritu. Sin despertar a nadie, abandonó el recinto, tomó un cigarro que reposaba en la mesita de salida, lo prendió en la estufa eléctrica y montándose en su carro agarró un boulevard principal que le parecía estar asfaltado con nostalgia. Todo el día pasó viendo noticieros internacionales y bebiendo café como si no hubiera mañana.

Un sol

Serás un sol -me dijiste-
pero un sol es un astro -te respondi- y un astro rey -agregué-
sí, serás mi sol, y sólo brillarás sobre mi planeta -dijiste antes de partir-
y ahora mis rayos apuntan hacia todos lados
y ahora navego sin sabe dónde posarme.



Del libro inédito: Cometas breves

2 comentarios:

Karla Perez dijo...

ya quisiera dejar de fumar y ser sol... que brille en todos los amaneceres... "brillante".

Renato dijo...

Delicado, realista y reconfortante... con esos adjetivos diría que disfruté leyendo estos breves cuentos. Salu2.