A mi país se le acabó la sangre,
y todos
los días amanece cansado y enflaquecido,
como si padeciera la enfermedad mortal
que padece.
A mi país se le acabaron las ganas y los
sueños,
y todos los días asiste a su funeral anticipado
y a su entierro.
Se toma un café con un nudo en la
garganta.
A mi país se le terminó el combustible
espiritual
y le abundó la soledad y la desolación.
Mi país se quedó sin monedas y con deudas
y con varias víctimas sin nombre.
Mi país mismo quedó,
democráticamente sin nombre,
sin sombra y sin palabras.
Mi país solo quedó
con los parques llenos de lágrimas
y los aeropuertos repletos de aviones.
Los centros comerciales llenos de
cristales
que solo servían para arruinarnos los
ojos.
Pero en honor a la verdad
¡Yo quiero que vuelvas!
País de mis dolores
país en donde escribí mi nombre tantas
veces
en una hoja en blanco que tiré por la
ventana.
Por eso país,
toma mi corazón,
o lo que de él queda
por si fuera posible
por si de algo te es útil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario