NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

domingo, 30 de diciembre de 2007

SINCOPES de Alan Mills...por Mariano Cantoral


Sincopes de Alan Mills es una bien lograda obra que nos dilata las pupilas ante nuestra palpable realidad, la violencia y un tierno desacato hacia las creencias religiosas nos acompaña a lo largo y ancho de cada choque cardiaco (Sincopes).

Se entretejen de forma encajonada pensamientos sobre la realidad, la ficción y el misticismo, una critica muy sutil al cosmo(visión) pero arduamente trabajada, con un elegante lenguaje tan dialéctico como apodíctico.

Es posible encontrar una hebra común con “Canto a su amor desaparecido” del Chileno Raúl Zurita, pues se le canta a la amada que aún no llega, o si llega, se va, una musa que sea antoja estática como la de Nervo e imposible como la de Manuel Acuña.

Así, los galpones de Zurita se sustituyen por los Megatemplos de Mills, y ahí se fundamenta el relato, en una critica cimentada desde y hacia esos templos donde muchos han esparcido su fe.

El relato es ágil y amortiguado por ciertas voces provenientes del habla vulgar de la clase media Guatemalteca.

Sucede en la trama de Sincopes una violación planificada y evitada “a puro amor” declamando un poema de Roque Dalton, pues el criminal dejaba vislumbrar su pasión por el autor con un tatuaje sin disimulo en la piel.

También la militarización beligerante toma cuerpo nuevamente en la poética de Mills, cuando habla de las migraciones desesperadas de nuestros compatriotas a nuevos nortes en busca de dólares y dolores, irrumpe con una desfachatez excelsa capaz de mencionar nombres propios:

“sabino cuenta que le bayonetearon los fetos a sus primas, sabino se escondía bajo cadáveres, y después caminaba hacia chiapas escapando de los kaibiles que querían inflarlo a puro Amor, tal maraña trae gemas que rigen nuestro desvelo”.
La violencia le duele a Mills como a muchos, la desgarra tanta insolencia y desgano:

“allá las mutiladas de juárez y guatemala ofician como sus nanas, ellas tampoco reconocían ese inframundo donde los críos reirán durante los amaneceres que faltan”.

Hago hincapié en el arraigado escepticismo de Alan, abonado posiblemente desde su análisis apodíctico en la existencia, que ya se denotaba en su opera prima “Los Nombres Ocultos”, y se enraizó en “Testamento Futuro” una extraña mixtura de desconfianza y tedio en la cual es posible encontrar una hebra común con autores como Nitche, Kafka o Hesse.

Aquí el mas claro ejemplo, un fragmento de “ahí te siento” (Fragmento de SINCOPES):

“oh, pero yo no lo sé, treparse a una montaña es como acariciarle los rincones a mi personal jesus, y todo este verde tiene que ver con el agua y tus brisas benditas, ahora recuerdo cuando bajé al río y las mujeres pensaban que yo era otra hembra, pues mis cabellos estirábanse como una carretera muy blanda, después sonrieron enrojecidas al sospecharme el macho, diosita: ellas saben que propagaré las tribus más allá de la frontera que esta esperma ha construido, diosita: pensé mucho acerca del vacío de dios en aquel silencio de la noche, hoy sé que tienes cierta manera de llamarle al deseo, mi personal jesus: gracias a tu ausencia intuí que de aquellas montañas va resbalando el hormigón que amasija los bares y nuestros castillos rave”.

Ya mencionaba que los galpones de Zurita se transmutan en los Megatemplos Horrendos de Mills, hace alardes de ellos en cada ataque al corazón del texto, y en su tenor preciso, cada Sincopes nos recuerda que aun vivimos.

“sí, 4 grados al norte se ven secuelas de esa vida en negación, cierto simulacro burgués con alegría sin basas, uno quisiera siempre estar lejos, me refiero al borde inicuo, la línea férrea que defiende un más allá pletórico en moscas, mierda, condones sanguinolentos y niños florecidos, sí doctor, los Megatemplos están llenos y ocupan las esquinas, han desahuciado los cines de la lujuria para instalar otra desmesura”

El anterior fragmento de Sicopes, alerta instantaneamente a quienes hemos deambulado por el espacio capitalista de 4 grados norte y hemos vertidos festín en sus bares, trata enctonces, de encontrar esa hebra común con los benditos Megatemplos.

En fin, Alan Mills nos regala otro texto imprescindible para conocer las nuevas formas poéticas. Además, contrario a Testamento Futuro, Sincopes; emerge desde un tópico social hermoso como lo es el amor humano y diluye su declive con unas letras forjadoras de esperanza y dirección precisa, pues su temática es directa y poética, como debe ser.

“los Megatemplos son horrendos, es suficiente, el paisaje mismo los irá rechazando, nos costará largas angustias y mucho dinero”.

Alan Mills, con la publicación de Sincopes, consolida, una vez mas, su éxito en América.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena reseña!!