Sistema Penal Guatemalteco, ¿Mito o realidad?/ Mariano Cantoral

!Ay Nuestro sistema penal! jajaja ¡Que ironía!…un excelente cuento de ficción, debería ser lanzado al mercado como otro complejo juego de mesa.

El sistema Penal de Guatemala, cuyo fundamento apodíctico descansa en el Código Penal y el Código Procesal Penal, son dos obras legales que más parecen retazos literarios de DAN BROWN o el manual de un juego de mesa derivado de Yu-GI Oh, o como se llame.

¿Por qué esta irracional comparación?

Los legisladores de nuestro bendito Código Penal, crearon un sistema legal, en el cual no gana la justicia sino el más vivo y convincente, el mejor estratega, quien entierra la farsa en un agujero mas profundo.

Existen las causas de justificación, inimputabilidad e inculpabilidad, así como las atenuantes y las figuras delictivas independientes y atenuadas por su cuenta.

Lo anterior ha servido para cavar el agujero donde se entierra las injusticias.

Para agravar el asunto, precisamente fueron creadas las agravantes o las figuras delictivas agravadas por su cuenta.

Así en los delitos contra la libertad sexual existe la figura de “Corrupción de menores de edad” el cual reza lo siguiente: “Quien, en cualquier forma, promoviere, facilitare o favoreciere la prostitución o la corrupción sexual de menor de edad, aunque la víctima consienta en participar en actos sexuales o en verlos ejecutar, será sancionado con prisión de dos a seis años” (Art. 188).

Ahora, en los delitos contra el pudor se expone la figura del proxenetismo, afirmando que: “Quien, con ánimo de lucro o para satisfacer deseos ajenos, promoviere, facilitare o favoreciere la prostitución, sin distinción de sexo, será sancionado con multa de quinientos a dos mil quetzales. Quien, en provecho propio, realice las actividades a que se refiere el párrafo anterior, será sancionado con multa de trescientos a un mil quetzales (Art. 191).


El anterior es un claro ejemplo, de nuestro débil sistema e imperfecta legislación, vulnerable de injusticia y descalabro.

Este es un de los tantos casos donde nace la malicia y la bonanza mezclándose a su gusto, revolcándose como si fueran amantes pasajeros, siendo realistas, todas las figuras tienen su atenuante forma, donde se muta el castigo de cárcel a un par de centavos podridos, que no resuelven para nada la situación.

La moneda siempre está en el aire, aquí todo puede pasar, con un sistema así, todo puede pasar.

Además de la ley corrompida los jueces y tribunales son parciales y corrompibles.

El sistema es demasiado lento, carece absolutamente de celeridad y eficacia.

Dejo la reflexión flotando en el ambiente.

A continuación presento el preludio a mi trabajo “La tipificaron en casos concretos” presentado en el curso de Derecho Penal II en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Espero que sea forjador de conciencias y contribuya auque sea en una mínima parte, al anhelado cambio de nuestro país, en pro de las mayorías.


PRELUDIO:

“Parece que tantos tipos penales, solo engendran ideas en la mente criminal, su agravante siempre posee un siamés atenuante y eximente, una bonanza que se mezcla con una la malicia para jugar una divertida partida de ajedrez y obtener un producto que gotea injusticia, contribuye a elevar las estadísticas de impunidad e ineficacia de nuestro sistema vulnerable y carente de condiciones de viabilidad, un ejemplo claro son los comisos y las multas que van a parar a las arcas del sistema judicial, esto en definitiva no resuelva para nada el problema principal, porque el daño persiste, el sistema sigue igual, soy partidario de un derecho penal humanitario, reparador y rehabilitador, en donde podamos dirimir nuestra litis de una forma eficiente y rápida, donde el juez sirva de arbitro conciliador y no de un monstruo represivo que se enaltece al enviar criminales (sean culpables o inocentes) a la cárcel”

Mariano Cantoral