NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Guerra o antipoesía? // Por Mariano Cantoral


PARA MI CUATE BLOGGERO: Cristian Mejía

Un día de retiro e iluminación, conocí a un ebrio consuetudinario en una cantina establecida a la brava en la periferia de la Universidad Estatal de mi país, el era licenciado en historia, yo un novel estudiante de ciencia política. El era parte del consejo superior de la Universidad, es decir el principal órgano administrativo, pero casi siempre en vez de ir a ejecutar sus labores dentro del alma mater, agarraba camino hacia esa famosa taberna llamada “Don Juan” al costado de una gasolinera, no había otra empresa cercana mas irregular que esa, nada de regulación jurídica, nada de ley, solo Don Juan, el único fundador que pudo sobrevivir al conflicto armado y al período de represión de la que fueron victimas continuadas los miembros de la universidad, alumnos, profesores, profesionales, personal de servicio, o simples borrachos, eternos estudiantes.

Me invitó a un trago, lo acepté. Lo sirvió Don Juan, el también se recetó una cerveza, quizás el lugar era el mas frecuentado de esos lares, porque uno ahí uno se sentía en casa, don Juan era como un padre anónimo para tanto ebrio, además muchos póster del che Guevara, acicalaban el ambiente post-revolución fallida.

Me dijo que se llamaba Rigo pero su mote era Troy.

Y hablamos sobre las guerras mundiales, de cómo la humanidad se desquició al punto de querer matarse unos a otros, y lo peor, hacerlo, porque a veces dan ganas de matar, eso no te asegura la etiqueta de loco, el verdadero demente es quien lo hace.

-Obviamos el estado silente y retornarnos al estado de barbarie-, fueron las palabras que pudo proferir y calló dormido sobre una mesa llena de stickers de botellas de licor.

Miento.

Luego me lanzó una pregunta directa y fría, que me dejó frío, nada que ver con el mundo que arde.

¿Por qué perdieron los alemanes la segunda Guerra Mundial?, balbuceó.

Yo dije atestado de cierto panfleterismo, método que a veces me funcionó para evadir preguntas sobre ciertos temas que ignoraba –por el capitalismo yankee, afirmé lleno de vitalidad y confianza- Ni verga me dijo, -Porque chupabaron mucho- y cayó casi muerto en vida, anestesiado por el guaro más barato que importaba Don Juan.

Luego agarré un libro alquilado de Juan Gelman, el poeta Argentino “PESAR TODO” y me lancé a otra mesa con mi trago, la música estrepitosa del lugar, era perfecta para no escribir, pero violando los paradigmas estáticos, saqué mi lapicero, unos cuadernos, y escribí:

¿Guerra o antipoesía?

“La guerra es una endecha
Transfigurada en espada
En ojivas y cañones de largo alcance
Empequeñecidos
Para que las ONUS
No digan que es la guerra para hacer la guerra
Sino para lograr bajarle
El volumen
A las bocinas
De los rencores
Y las diferencias raciales
O del poder
Sin medios
Sin medidas
Ansiedad
Que los empuja
A resumir la vida
De tanto paciente
De la cruz roja
Como el color de la sangre que no estanca
De sus vicitimizadas extremidades
Sin sentido”.


Pedí otro trago, y así transcurrió mi tarde, entre verso + verso y vino barato, caro.

Entre saludos a desconocidos. Entre brindis envenenados.

Y esa tarde pude escribir un libro de textos, en hojas recicladas, o bien en la parte anversa de los papeles tramitados y rechazados en la oficina de administración tributaria, porque faltaba el sello de una institución pública clausurada.

Por esa mi cabeza bombeando sueño, no lograba encuadrar esos textos en género alguno. Menos aun descifrar la corriente lingüística a la que ese buen primer trago último me había abalanzado.

Salí a la calle, sin pagar la cuenta, no porque sea un mafioso tramposo, sino porque, pusieron música en un idioma que me es demasiado ajeno, y pude haber colapsado de quedarme más tiempo ahí.

Don Juan me detuvo en mi presunta escapatoria y me dijo, -mijo no has pagado, --¿Cuánto es?- Pregunté agarrándome la frente y oscilando como péndulo egipcio. 100 quetzales. Saqué un billete arrugado, y afortunadamente era de la denominación correcta, Don Juan agradeció y yo tomé el bus colectivo que me dejaría lo mas cerca de mi casa de huéspedes. Donde mi mamá putativa me esperaba enojada cuando sentía mis vapores de cantina y feliz cuando era yo en mi alter ego, todo lo contrario.

En la camioneta pública, pude presenciar al menos 5 peleas, a punto provocar muertes reciprocas, el factor común en ellas, eran las deudas o más generalmente el dinero en mayor o menor medida. O sea siempre toda discordia tenía pisto de por medio, como decía mi abuela.

En el trayecto de mi casa, luego de descender del bus, otros jóvenes me quisieron asaltar, pero me sospecharon mendigo y se arrepintieron, pero optaron por otra víctima, yo corrí para no saber demasiado.

Durante mi mini-transitar de la parada de buses a mi casa de huéspedes, vi muerte en las portadas del día en el mercado municipal, vi muerte entre gente formando circunferencias humanas, vi muerte entre perros peleando por el agua de la lluvia empozada.

Vi como ésta es la regionalizada guerra municipal. Esa suma de cosas diminutas, va a estallar en cualquier momento y amenaza en globalizarse como todo, me dije, puta, a estas alturas otra guerra sería realmente insoportable.

Y se cumplió la profecía, mi mamá putativa, me pegó otra vez por llegar borracho, ya estaba acostumbrado, yo decía en un perfecto monólogo interno, BEBO PARA ENTENDER ESTE SINIESTRO, mientras esa escoba, se bifurcaba sobre mi espalda. Y mis textos de viñedo, cobraban vigencia pragmática.

“De la cruz roja
Como la sangre que no estanca
De sus vicitimizadas extremidades
Sin sentido”.


FUENTE DEL LA IMAGEN: http://jorgeroa.files.wordpress.com/2007/11/guerra.jpg

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que mister texto, Vos y aqui en Guate quien chingados gano la guerra, porque a mi parecer la guerra la perdieron los guatemaltecos. Que contrariedad! Que poemazo y gracias por un texto memorable. Salú! (sabia que no te aguantarias las ganas de publicar algo y volver al inframundo bloggero.

Noé Rivera dijo...

muy bueno viejo, una combinación perfecta entre la poesía y narrativa chapina. De nuevo saludos desde el blogsvecindario ius populum.