NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La silla apolillada de los sueños.



Se me fue el tiempo con el marcador en la mano
y un poema que no concluyo
desde que vengo naciendo.

La carne fue buena en los almuerzos
testigo irrefutable de la injusticia subconciente.

De los desayunos de derrota, no me quejo,
todo salió bien mientras estuve sentado.

El mareo fue que me llevó a la tragedia
se acabó el whiskey y con él mis pretensiones
¡Te me fuiste, masturbaste los relojes!
Y dejaste el equipaje que soy yo.

Y de tu éxodo sólo agradezco
los cigarros gigantescos que dejaste
sobre la silla apolillada de los sueños.

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