galimatías filosófico, valga la redundancia

PARA: RENATO COTO Y LOS IDEALES EN CONSTRUCCIÓN

Una unidad metafísica fallida somos, gotas menguadas por el hambre innata de convertir cualquier idea en masa. Relativamente filántropos, existencialistas, idealistas, materialistas, estructuralistas, felices, de la nueva era, somos, y digo que lo somos en versión relativa porque lo dijo Eintenin y nadie lo ha contradicho. Malas nuevas nos circunvalan colectivamente, y al final, todo resulta transformado en ornamento. Alguien a quien admiro, dijo que hay que transformar al mundo en vez de interpretarlo, pero sin su permiso yo digo que hay que descarnar al mundo para imaginarlo. La filosofía no nos dará la vida que queremos, lo sabemos, pero sí, los bisturís para segmentarla y hallar sus causas. Ideas y materias son sinonimias y arrepentimientos, porque la única idea válida es la de humanidad en mezcolanza con la filantropía, que aunque el amor al prójimo sea lo menos fáctico en relación al tiempo siempre sangrante, siempre. Ah, si el planeta se dejara de enfermar con pandemias imaginarias, seríamos envidiados por los marcianos, firmaríamos tratados de libre comercio con ellos y de paso besaríamos a venusianas. Ah, si ya no lanzáramos la basura en el espacio, la tierra sería el lugar más habitable entre los planetas. Ah, si la vida no fuera tan cara, habría muchos partos diarios en condiciones salubres y con fines evolutivos. Si nuestra cara no reflejara el alma, o lo más intangible que poseamos, nadie sonreiría sin motivos. Si todo fuera como una canción de Silvio, como un café, como un che al medio día, la ideología sería viable.