Amanezco cansado
a las diez aeme
y la luz extrañamente
está encendida.
Leo el anverso
de un billete de lotería
cansado del cansancio
extiendo el brazo para asir una revista
de consabidas entrevistas zalameras.
Receta de una rutina no frecuente
monotonía a punto de acabar
¡Bueno fuera!
Me levanto sintiendo cansancio
a engullir el último tamal del añoviejo
café con leche y pedazo de fruta
a platicar con mi abuela
de sus noventa y cinco años.
Todas las ganas de dividirse llegan
pero la convicción que es
una tubería sin brida
constriñe a esculcar libros sin vida
no recordar lo leído
percatarse de la inédita eternidad.
FOTO: Byron Mármol.
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