NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

viernes, 1 de enero de 2010

CAFÉ INTERNET (de año nuevo).

Diez computadoras yacen suspendidas esperando diez pulsaciones en la barra espaciadora para mostrar todo el azul en su pantalla y exigir el nombre de usuario y contraseña.

Cada ordenador posee su propio Mouse y su inherente Pad; los Pad de este local están ilustrados de una manera muy original y visualmente agradable, pues muestran una diversidad de animales domésticos, o domesticados, incluso cimarrones, casi sonriendo en inmensos jardines, donde la grama es la más verde que jamás hayan visto mis ojos.

Este es el apartado principal, pues aquí permanecen los clientes; en tres de las cuatro paredes cuelgan tres rótulos (uno en cada una) de “NO PORNOGRAFIA” (en rojo), en la otra pared, dos rótulos separados veinte centímetros: “NO SE PERMITE DESCARGAR NADA”, y “LOS AUDÍFONOS ESTÁN BAJO SU CUSTODIA, SI LOS ARRUINA, LOS PAGA” (también en rojo).

Este apartado conecta con otro donde hay una sala iluminada por una gran claraboya, dos sillones cetrinos de cuerina, un revistero atestado de revistas, valga la redundancia, de las cuales me reservaré el nombre, pero casi todas ellas lucen fotografías de modelos de pasarela en la portada, otras, carros último modelo de 1999, y otras, platillos de comida nacional.

A la par está instalada la oficina del administrador; la oficina tiene colgadas en todas sus mini paredes, la más surtida gama de gadgets y adminículos milagrosos para revivir computadoras o hacer más cómodo su uso.

El administrador, como un rey en su poltrona, manipula el servidor a su antojo, parece ser un tipo muy amable y que en esto de las computadoras no le meten fácilmente el dedo en la boca, inquiere al notar mi llegada, pido quince minutos de Internet sólo para imprimir unas hojas de texto en formato Word pues mi impresora quedó sin tinta.

Ya frente a la pantalla asignada, reviso intempestivamente mi blog y algunos otros, sólo doy una vista rápida por razones de tiempo para saber qué se siente ser leído en una computadora ajena, lo cual me provoca una sensación de extrañeza.

Abro mi correo electrónico para descargar el archivo y hacer lo que vine a hacer, imprimir poemas.

Le pregunto al administrador si debo enviar a imprimir de una vez o lo guardo en alguna carpeta para que él lo jale desde el servidor, me afirma que lo mande de una vez, a tal marca y número de artefacto. Obedezco.

A su grito-aviso me levanto a recoger mis tres níveas hojas rellenadas de Times New Roman 14 a doble espacio, pago los siete quetzales y me encamino hacia un lugar que aún no tengo definido, pensando que lo más raro del asunto fue hallar un café internet abierto en año nuevo.

2 comentarios:

Cristian Mejia dijo...

Todo lo que pasa en 15 minutos. Empezaste con fuerza este 2010, que no se quede nada en el pensamiento, escribalo hermano. Saludos.

Renato dijo...

Todos en busca del Internet hallan su recompensa en minimos quince minutos, por tres o hasta cinco quetzales, dependiendo de la necesidad y del lugar.

Cómo estas chito?, leí tu mensaje el otro día pero me fue imposible responder, pero para mas información por favor visitá esta página:

http://derecho.usac.edu.gt

P.D. Yo me estaré contactando con vos por estos días, para fijar el panfleto de este año.

Sinceramente
R.G.C.H.