La ignorancia, nos victimiza y una bala hechiza se esquiva en mi cuerpo, ¿hasta cuanto me va alcanzar la intrepidez aprendida en aquellos días de mago? ¿Cuando mas viviré de rutina esquivando cañones? ¿Será vuestro destino hermanos andar por ahí, esparciendo ¿la sangre?, ¿será nuestro estado natural, la angustia inacabable de sentirnos muertos? y llorar por un pan pero no hacer nada por encontrarlo, hay hermanos: ¿hasta cuando aprenderéis que no se progresa matando y de pisto solo te mueres (..También)?, sentado en un sillón (o banqueta, igual da) llegué a la triste conclusión:
Que talvez algún docto científico se invente en sus “fumadas” un pigmento que haga vuestra piel repelente de balas, o nos inyecten algo, que nos den algo, algo pa q no nos maten, pa que las balas no nos entren, pa que “ya de locos”, nos muramos de viejos…no de plomo.
Que por fin nos curemos la mortal enfermedad de la muerte, aquí siempre vulnerables, aquí muertos (…forzados) en potencia…pero nadie se anima a hacerlo, ¿o será que en realidad no se puede?, ¿porque nos hicieron asi? O ¿porque nos hicimos así?, ¿vulnerables (…y penetrables) al plomo-metal?...desangrables, potencialmente vulnerables....
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