NO TODO ES POESÍA PERO PARECE

miércoles, 17 de octubre de 2007

"Linajes" (Genero: Narrativa Corta Autor: Mariano Cantoral)


NOTA: LAS FALTAS DE OTOGRAFIA EN LAS PALABRAS AGUDAS SON POR CAUSAS AL FORMATO DEL SITIO, GRACIAS X LA COMPRESION...EN LOS PROXIMOS DIAS TRATARE DE RESOLVERLO.

LINAJES

Nuca como esa noche, observò otra vez las estrellas de igual fulgor, se hizo mujer…y en su regazo posó con su cuerpo desnudo como queriendo adheridse de perpetuo.

Sofía Mall, hija única, recién había cumplido 19 años y estaba deseosa de conocer mundo real, pues la lectura critica, inherente a su ontología, del CAPITAL Marxiano había diluido el ficto mundo creado por sus padres quienes prácticamente pasaban el día entero sentados en fajos de dólares.

Pertenecía a los escasos grupos adinerados que aun deambulaban por las calles asfaltadas de Guatemala, cursaba el primer año de derecho en la hoy por hoy denominada “Gloriosa Universidad de San Carlos”, sus padres veían desde años previos, este centro de estudios superiores como la ultima opción universitaria para su hija, es corriente, rezongaban.

Pero ella, como mencione, deseosa de escapar de aquel imaginario universo, quiso formarse ahí, y luego de varias riñas novelescas, ganó su perseverancia.

Nunca supo si en realidad les importaba tal hecho a sus padres.

Por aquellos días el conflicto armado interno se tornaba menos estruendoso que cuando fue menos niña, se hablaba de la firma de la paz, acontecimiento que culminaría formalmente en diciembre de ese mismo año, 1996 para viajar en el contexto.

Su papá, Paulo Mall, genéticamente descendiente en línea directa de uno de los tantos españoles que vinieron a pasear en Guatemala, si, a pasearse, era un mal encarado empresario, prepotente, pero exitoso, exento de impuestos, por decreto, o específicamente, financista del tercer gobierno democrático post-guerra en funciones.

Su mama, Irne, originaria del oriente del país, pero chapeada a la gringa, cincuentona fanfarrona, típica, para no extralimitar detalles, esposa del empresario mal encarado (que de toda su descripción, era el detalle mas obvio), pasaba los días enteros tomando vinos y cafés en los lugares de más abolengo en el país, centros comerciales, casinos y moteles.

Ante estos hechos, es evidente y hasta trillado decir que Sofía, añoraba el cariño de sus ocupados padres, la rutina poco a poco carcomió su felicidad efímera, ya no la encontraba, como antes, en los perfumes de artistas, en los banquetes más caros y en cualquier objeto comprable.

La sombra inacabable del guardaespaldas asignado, el dinero que igualmente no se acababa, la sobreprotección del extraño, y la falta de palabras motivadoras de sus engendradores relleno su vacío de hastío.

El desinterés la alcanzo, las fiestas nunca le parecieron divertidas desde entonces, las pocas amigas que en realidad la conocían, la notaron cambiada, alejada, como perdida en su propia mirada.

En el amor, tuvo cinco novios por obligación de su padre porque eran cuerpos con apellido e hijos de renombrados capitalistas, talvez fue la única manera que encontró su padre para demostrarle su “cariño”, el hombre que la cuidaba tenia órdenes irrefutables de impedirle que un hombre que no fuera enviado por el se le acercara, hasta saludaba con miedo.

En los estudios era responsable y dedicada, una niña bien, digámoslo así, nunca tuvo mayores problemas para puntear alto en los cursos.

En su salón de clases, único lugar que se sentía libre, conoció a Miguel Porosh, el más paupérrimo del grupo, pero el más inteligente y humildemente bien vestido.

El no viajaba en carros blindados, más bien en el transporte más urbano.

Ni comía por placer de los bufetes, sino por la necesidad de abonar un poco de humanidad a su existencia.

Era muy pobre, no exagero.

Sus primeros años de estudio los cursó condiciones deplorables en la única escuela primaria improvisadamente instalada en la montaña de la Aldea, Ixcan, Quiche, lugar sumamente afectado por la guerra interna que se vivó durante treinta y seis años en Guatemala, su padre fue unos de los tantos exiliados internos a finales de la década de los 70, lo cual motivó el abandono de sus siembras, viviendas y escasas tierras, su madre murió en un enfrentamiento armado entre el ejército y la guerrilla.

El diversificado fue un poco menos inhumano, porque ya los estruendos eran menos y se oían rumores de paz, una tal firma.

Su padre vivió con el mal pagado trabajo de jornalero en la finca propiedad del ejercito y administrada por familiares del jefe del Estado mayor.

Ahora, decidió venirse a la Universidad, y con más coraje que academia, formarse en la carrera de derecho.

Ahí los puso el destino pues, Porosh y Mall, familias completamente opuestas y de raíces muy iguales pero hieles muy distintas.

Historias que chocaban completamente.

El estaba viviendo en un palomar, así se le llama en Guatemala, a las habitaciones donde viven mas de los que humanamente podrían.

Estudiaba en las mañanas y a medio día corría para su trabajo cerca de la Universidad donde trabajaba como dependiente de una ferretería y ganaba bastante menos del sueldo mínimo.

Sofía y Miguel entablaron una gran amistad, Sofía veía en el un buen chavo, tierno y temeroso, Miguel por el contrario, se degustaba con esos perfumes de artista que ella se colocaba en su piel, no sabia que existían esos olores tan agradables le decía, y ambos se carcajeaban.

Esa ingenuidad cautivo a Sofía, ellos nacieron el mismo año 1977, en condiciones completamente distintas, eso no impidió que se atrajeran mutuamente, y Sofía le pagara dinero extra de sus ahorros al guardaespaldas para que no se quejara ante su padre, cuando Sofía visitaba a Miguel en su trabajo, lo llamaba constantemente a un celular que ella misma le compró.

Ambos sentían algo muy excelso y dulce entre ellos, compartían conjeturas en cuanto a las teorías Marxistas y del poder estatal, Sofía se enamoro de el.

Miguel era tímido, nunca se imagino al ver a Sofía el primer día bajarse de un carro tan lujoso, lo que estaba por suceder.

Los padres de Sofía, menos.

Sofía, al conocer muy bien a Miguel, sabia que nunca se atrevería declárale su amor, ella se adelanto rompiendo los esquemas sociales y le dijo que fueran novios, la piel morena de Miguel se trono rojiza, y aceptó con una risa pueril e inocente.

Sofía había tenido cinco novios de su status social: hijos de diputados, empresarios y militares, recuerdo vagamente, Miguel por el contrario, ignoraba que la boca también era para besar.

Así sucedió el primer beso, el día que se hicieron novios en la banqueta del trabajo de Miguel, ahí en el lugar más suburbano posible, no fue como Sofia lo soñó de pequeña, no existieron hadas ni castillos, hundía sus labios en la raza despreciada por sus padres.

Miguel sintió que todo le temblaba, las mariposas hicieron fiesta en su estomago, eso le conmovía y lo incitaba a seguir.

Así transcurrieron los meses, cierta noche, su padre se entero del hecho con todos los lujos que existían luego de mandar a investigar a su hija Sofía con un agente a sueldo porque notaba algo extraño en ella, la golpeó demasiado, la insultó como nunca y el final del guardaespaldas, lo dejo para otra historia.

Al día siguiente, Sofía le dijo a Miguel que huyeran y lo dejaran todo por su amor, y dos días después escaparon en una camioneta rumo a Ixcan, al llegar, Miguel se entero que su padre había muerto hace una semana de un paro cardiaco, porque no hubo medico que intentara darle una muerte digna y amortiguar sus pesares, ni familiar con los medios suficientes para informarle, hace ya un mes que no entablaban comunicación a causa de las circunstancias redundantes de explicar.

Y ahí estaban solos, consolándose mutuamente en su silencio, a pesar de todo, juntos, acompañados sin más ni menos que por su llanto y un tacuazín que asediaba sigilosamente y atestiguaba el cuadro que ahora cuento.

Paulo e Irene, sufrieron desde entonces, su hija había huido con el menos imaginado, no se sabe si lloraron mas por el hecho de abandono o por el sujeto que los suplió.

No tenían ni la más mínima idea de su paradero.

Pusieron denuncias por secuestro, pero fue superfluo, otra vez, no les favoreció el sistema, como siempre dijo la señora.

En el fondo sabían que ella estaba en un mejor lugar, y sus actos mas bien, de dignidad y coraje.

Miguel y Sofía no terminaron su primer año de Universidad pero ahora estaban felices, un año después se inscribirían en la extensión departamental de la Universidad.

Llego como era de esperarse la primera noche que dormirían en la misma cama juntos, los besos se hicieron escasos para demostrarle el cariño, y no quiero detallar el cuadro, solo diré hicieron el amor hasta que canto el tercer gallo.

Para ambos era una experiencia nueva, nunca antes lo habían hecho, aunque Sofía había estado más cerca de hacerlo.

Llegaron rumores que se firmaba la paz en la capital, ese hecho no les importó mucho, y decidieron repetir su hazaña, otra vez.

ALLA ELLOS QUE FIRMEN SU PAZ –Dijo Miguel- ella asintió con la cabeza, dándole la razón e invitándolo a pecar.

Nuca como esa noche, observò otra vez las estrellas de igual fulgor, se hizo mujer (otra vez)…y en su regazo posó con su cuerpo desnudo como queriendo adheridse de perpetuo.

Aquella Revolución Marxiana se encarnaba ahora, en sus cuerpos.

MARIANO CANTORAL, GUATEMALA

1 comentario:

Anónimo dijo...

El cueno MAS QUE EXPRESO ESTA PRECIOSO, ES UNA MUESTRA CLARa de la inmensidad de lo q es el sentimiento del amor, de la magnitud de lo q podes hacer por amor luchen y leanlo esta buenisimo.. aahh Mariano FeLiciTaCiONes segui adelante. sinceramente Dania